Entrevista a Maite Pacheco, Concejala del Grupo Municipal Socialista del Ayto. de Madrid

Written by Libertad y Justicia

julio 27, 2020

Desde el Insituto para la Libertad y la Justicia hemos tenido el privilegio de poder contar con Maite Pacheco, Concejala del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Madrid, para conocer más a fondo su punto de vista en diversos aspectos políticos y sociales, así como su trayectoria profesional a lo largo de sus años de […]

Desde el Insituto para la Libertad y la Justicia hemos tenido el privilegio de poder contar con Maite Pacheco, Concejala del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Madrid, para conocer más a fondo su punto de vista en diversos aspectos políticos y sociales, así como su trayectoria profesional a lo largo de sus años de profesión. Maite ha dedicado su tiempo y conocimiento a trabajar con agencias de Naciones Unidas (Unicef, Pnud y ONU mujer) pero sobre todo en el tercer sector aportando a la política social, la lucha por los derechos humanos, la cooperación al desarrollo y ayuda humanitaria.


LyJ: Usted lleva muy poquito tiempo en política, algo más de un año. ¿Qué le lleva a alguien con su extraordinario curriculum, que ha trabajado para instituciones como Naciones Unidas o Save the Children, siempre en la defensa de los derechos humanos, la cooperación y la ayuda humanitaria, a entrar en política?

M: Muchas gracias por lo del CV. Jaja. La verdad es que he estudiado y trabajado mucho toda la vida, pero con enorme alegría. Mis trabajos me han llenado siempre, tan ligados a lo vocacional, al servicio, a la lucha por la transformación por un mundo más justo.

En mi último trabajo en UNICEF observé una tendencia muy marcada a la infancia optando por partidos políticos de extrema derecha. A través de esas encuestas supe que ascenderían mucho en las pasadas elecciones. De algún modo predije que la generación que nos sigue necesita un nuevo modelo y recuperar la ilusión por la política. Pero para mí el modelo no es ese, es, por el contrario, el que considero más europeo y más justo de los que hasta ahora conocemos: la socialdemocracia.

En ese sentido el PSOE de 2018, aunque fuese un gobierno en funciones, me dio muchísimas alegrías: La Creación del Alto Comisionado para la Pobreza infantil, la apuesta firme por un mundo justo a través de la Agenda 2030 etc etc. Todo ello, batallas de mi vida entera y con las que me sentía muy identificada.

Ambas cosas unidas me hicieron temblar por los cimientos de los Derechos Humanos y su avance en nuestro país y pensé que era el momento de traer personas nuevas a la política, y sobre todo, en la más cercana a los ciudadanos, en la que se pisa calle y asfalto caliente y huele a personas y a vida. Ser Concejal del área que llevo es perfecto para seguir luchando por los derechos de las personas, esta vez de las más cercanas y por el mundo que considero más justo y más digno para todas y todos.

Y el PSOE fue quien me dio esa preciosa oportunidad.


LyJ: Usted ha estado en zonas y países en conflicto, como Colombia, Uganda, Bosnia o Kosovo… ¿Qué ha visto y sobre todo qué ha aprendido de esas vivencias?

M: Uy…. Esto nos llevaría mucho rato. He visto mucho dolor y sufrimiento mucha injusticia. Muerte. De niños y niñas incluida. Fosas comunes. Mujeres violadas, niños sin alma recuperados de milicias y guerrillas… Todo esto es la parte terrible. Pero también he visto que las personas unidas, por pobres que sean, son enormemente fuertes. La capacidad de remontar del ser humano, las posibilidades de desarrollarse como individuo de una forma más plena cuando se sirve a la comunidad, la fuerza de lo colectivo…

También hay un dolor común a todo ser humano. El dolor de los niños ex soldados de Uganda y sus miradas rotas a veces lo puede tener una amiga con una profunda depresión en Madrid. Hay un límite para ese dolor, en ese borde nos encontramos todos ante un abismo y solo saliendo de una misma, mirando al otro y haciendo de la propia misión una misión colectiva yo he podido superar el mío. Y creo que esto es igual en el mundo entero.

Por eso también, puedo adaptarme a casi cualquier circunstancia. En Madrid soy una más, compro en las tiendas y salgo a cenar a restaurantes que son el salario mensual de una persona en Burundi. Si pienso esto a fondo, me volvería loca pero procuro vivir cada cosa con intensidad y la mayor coherencia posible sin convertirme en alguien inadaptado. Es muy difícil y desde luego no lo consigo, pero trato de ser feliz con lo que me ha tocado, como todos, en la vida.


LyJ: En cuanto a lo que sucede aquí, en Madrid. Ustedes desde su grupo han hecho hincapié en la necesidad de aumentar el número de escuelas infantiles públicas y gratuitas. ¿Cuáles son a su juicio los principales problemas y las principales necesidades que tiene que afrontar Madrid?

M:  En primer lugar y sin lugar a dudas la DESIGUALDAD.  No ya solo acabar con la pobreza, que la hay, sino que nuestra ciudad es una de las más desiguales de Europa, lo cual es una aberración y no solo por términos éticos y de justicia, que quizá “pillan lejos” a algunos, sino que el propio FMI y el Banco Mundial y por supuesto muchos economistas progresistas, han demostrado lo tremendamente nocivo que es para una sociedad y para su crecimiento económico. Es decir, ya no vale sólo crecer, sino que hay que crecer con igualdad o sostenibilidad porque si no, ese crecimiento es nocivo y las políticas que llevan a ello obsoletas y caducas. Además de perjudiciales en mi opinión.

Así pues, creo que cualquier política, sea urbanismo, cultura, o servicios sociales, todas, deben tener este cruce fundamental de combatir la desigualdad.

Desigualdad entre sexos, entre personas de distinta edad, entre rentas, etc… Y muy preocupante, entre el sur de Madrid y el norte y entre el norte y sus bolsas internas de pobreza.

En el tema educación que mencionas, estoy decepcionada. Creo que es una gran debilidad de la política de este Gobierno, que no es su prioridad en absoluto y le repito al Delegado que se equivoca eligiendo dar cheques como única política educativa. Es muy importante construir escuelas públicas y gratuitas. Es la UNICA medida que puede acabar con la desigualdad desde el comienzo de la vida, por tanto, sumamente potente para el llamado “ascensor social”. Además, deja algo para Madrid, para las futuras generaciones y no todo queda en intangibles. Los cheques están bien pero solo como medida paralela y complementaria.

Y bueno, en general se ha reconocido por el gobierno lo que veníamos diciendo hace mucho: los servicios sociales en general necesitan una urgente reforma, pendiente hace décadas. Están obsoletos, tienen una burocracia excesiva, son insuficientes, precarios, sin profesionales suficientes ni adecuados a cada contenido, sin crear una red municipal pública y que permita uniformidad de criterios en todo Madrid (en los 21 distritos).

Dentro de los mismos, me gustaría que se comience con una nueva gestión de todos los recursos para las personas mayores. Seguimos en el siglo XX. Es muy importante cambiarlos profundamente.

En fin, y ¡Mucho más! Que trabajaré con todas mis fuerzas.


LyJ: Han señalado además que en la Villa de Madrid se ha multiplicado el número de personas y familias en situación de vulnerabilidad y de extrema pobreza. El contrato de emergencia impulsado por el gobierno municipal que lleva alimentos a las casas finaliza el 31 de julio. Ustedes han propuesto al Ayuntamiento una prórroga de esas ayudas y aumentar las becas de ayuda al comedor. ¿Cómo ha afectado la pandemia a las familias con menos recursos? ¿Cuál es la situación actual?

M: En Abril escribí un artículo en el ABC que se llamaba “Madrid tiene hambre”. Mucho antes de las colas del hambre y de que saliese a otros medios. Pensaron que era amarillista pero solo una o dos semanas después ya todos los medios y asociaciones lo contaban con preocupación. Era evidente. Solo hace falta haberlo vivido muchas veces para saberlo…. Como te decía antes, tanto los países no desarrollados como los que lo son, funcionan igual cuando no hay un buen sistema de servicios sociales potente y aquí no lo hay. Evidentemente, en África las soluciones apenas llegan y aquí vamos a procurarlo, pero debería invertirse y apostarse más por la prevención y la atención primaria y entonces nada de esto hubiera pasado o al menos hubiera sido mucho menos impactante. Simplemente, la gente ha bajado un peldaño, y los que vivían al límite han pasado a situaciones de precariedad profunda y pobreza, y aquellos, están directamente pasando hambre y necesidades muy graves. En espacial, familias con hijos, monoparentales y jóvenes, con mucha preparación, pero sin empleo ni esperanza de tenerlo.

 

LyJ: ¿Qué ha propuesto su grupo para ayudar a estas familias?

M: Como digo fuimos de los primeros para empezar, en poner el problema sobre la mesa y nos tacharon de alarmistas pero teníamos que llamar intensamente la atención porque la administración es muy burocrática y sabíamos que cualquier situación tardaría en llegar.

Demandamos en medios, comisiones y Pleno (aceptado por todos), la tarjeta monedero, la incorporación de todos los trabajadores sociales y auxiliares que hacen falta hace muchos años, la buena coordinación con las entidades a través de una mesa social en cada distrito (pero a esto último el Gobierno se niega en redondo hasta el punto que no ha quedado fuera de los acuerdos de la villa), la extensión de las becas comedor, la ayuda saludable a niños y niñas de escuelas infantiles que se prorrogue a agosto…. Si todo esto no sucede, agosto será un mes fatídico para muchas personas en esta ciudad. Y para agosto quedan dos semanas. Estoy muy preocupada y llevo todas estas cuestiones al Pleno de Cibeles de 22 de junio. Si de ahí no salimos con soluciones profundas, yo estoy por no irme de vacaciones (y estoy muy cansada) pero  habrá que dar de comer a mucha gente en esta ciudad…..

 

LyJ: Se están produciendo en los últimos días y semanas rebrotes por toda España y también en Madrid. ¿Cree usted que los ciudadanos nos estamos relajando?

M: Sí, La naturaleza humana está hecha para remontar de la tristeza y eso es bueno, porque salimos adelante como especie de situaciones inverosímiles. Pero hay que recordar las lecciones aprendidas por nosotros, por la siguiente generación y por todos los que nos han dejado que nos deben mirar desde donde estén alucinados de nuestra memoria a corto plazo.

 

LyJ: ¿Hay que insistir más en la necesidad de mantener la distancia de seguridad, llevar mascarilla y lavarse las manos?

M:  Se insiste mucho por parte de unas autoridades y en cambio otras dan terribles ejemplos de relajación. Me parece increíble que algunos hayan manipulado el discurso para decir que el Gobierno central lo que quería era “robarnos la libertad” cuando para ellos, más que para nadie, tener el comercio y las calles paralizadas era el mayor desastre. Nadie ganaba nada con eso y menos a nivel político, era una medida absolutamente necesaria para protegernos a todos nosotros. Me ha parecido muy duro que no sepamos estar unidos más de un mes ante el enemigo común, que era ese virus y nadie más.

También creo que los padres de adolescentes y jóvenes están muy cansados de atarles corto y se han relajado. Es duro tener a tus hijos en esas edades tan coartados, pero tenemos que persistir.

Recuerden que hay gente que vive años bajo bombardeos y siguen adelante…


LyJ: Parece que, en medio de este clima de crispación entre partidos a nivel nacional, la ciudad de Madrid es un oasis y está consiguiendo el entendimiento y el debate constructivo entre todos los grupos. Se consiguió por ejemplo una unanimidad histórica con los Pactos de Reconstrucción postCovid. ¿Cuál es la clave para que esto suceda?

M: La clave fue la oposición que el primer día decidió callar lo que no salía bien y trabajarlo en despachos para dar esa imagen de unidad. Y Almeida que cogió el guante de nuestra voluntad de acordar. Una oposición que no ha contado nada a prensa de los acuerdos ni ha aprovechado para hacer el enfrentamiento tradicional. Particularmente mi grupo ha aportado 280 medidas de las 360 o así que hay en el programa. Todo con un esfuerzo bestial porque somos solo 8 concejales y cada una de ellas supone lecturas eternas, hablar con cientos de entidades de y ciudadanos, pensar, escribir la medida, calcular su coste pulirla…. Yo tengo sensación de haber regalado mis estudios y trabajo de 20 años al Sr. Almeida y cuando pienso esto me siento mal porque obviamente yo quisiera un gobierno más progresista, más verde, más feminista, más social en toda la amplitud de su sentido y desde luego, más solidario. Pero me recuerdo a mí misma y mis compañeros también, que lo hemos hecho por cada madrileño y madrileña y ha sido el momento de mayor sentimiento de servicio público que se pueda tener. Para los que tenemos vocación, una entrega muy reconfortante dentro de lo duro que ha sido. No obstante, el rédito político se lo lleva el PP y Almeida que es de quienes piensa todo el mundo que es el mérito.

Ellos han sido generosos siempre agradeciendo y dejándonos opinar como uno más, han sido también muy inteligentes pues como digo, gana mucho con esto.

Ha sabido hacer ese movimiento político muy muy bien, Él gana, Madrid gana. Pienso que la  oposición no. Pero hemos querido estar a la altura y servir a nuestros ciudadanos.

 

LyJ: ¿Por qué no puede ocurrir esto a nivel nacional?

M: Tal como lo he planteado antes, es la actitud de la oposición la que marca la clave. Con eso lo digo todo. Ha sido francamente poco recíproca. Una pena, porque así no gana nadie más que las posturas extremas y empeñadas en rompernos y hacernos bloques enfrentados.

 

LyJ: Hemos visto a Carmen Calvo ofrece sentarse a tomar un café a Cayetana Álvarez de Toledo. Usted en otras entrevistas ha dicho que haría lo mismo con Vox. ¿Es más fácil entenderse y hablar en una mesa con un café que en un Parlamento o en el Pleno?

M: Desde luego. La cercanía, el saber que no hay cámaras rodando y que tus votantes mismos no te están viendo (son los más exigentes y tienen derecho). Que puedes ser tú misma, con todo lo bueno que llevas a una mesa para negociar.

La escenificación ha llegado al paroxismo del histrionismo. Hay que dar titulares y eso solo se consigue con un nivel de agresividad verbal muy alto, o diciendo cosas muy extremas y radicales, o incluso haciendo chistes ácidos sobre el otro (Almeida era especialista en esto, ha cambiado absolutamente su tono, otra cosa muy de agradecer)…. Para mí fue durísimo al principio. Ahora veo que luego podemos trabajar juntos y negociar de otra forma y en los acuerdos me he acercado a personas de las que solo conocía opiniones que me parecían, y siguen pareciendo, muy extremas y peligrosas pero que ahora, me despiertan más cercanía.

En cualquier caso, nunca he odiado a nadie en mi vida, menos lo voy a hacer ahora. Me cuesta mucho no entender al otro y por tanto, procuro meterme en su proceso mental. Eso no me quita firmeza, creo yo, para defender a fondo las razones de lo que quiero exponer con toda la fuerza y rigor de la que soy capaz.

 

LyJ: ¿Cree que la gente puede tener la sensación de que la política, en muchas ocasiones, no es útil?

M: Por supuesto. Por un lado no nos ven preparados (muchos políticos no han trabajado en otras cosas, lo que es muy importante) y además sólo ven en los medios ese espectáculo del que ahora hablábamos, que es solo un 10% como mucho de nuestro trabajo. No imaginan el ingente trabajo que hay detrás de cada ley, de cada propuesta, de cada discurso de 3 minutos (yo le puedo dedicar a 3 minutos en Pleno, varias horas de lecturas, redacción, comparativas con otras ciudades para buscar las mejores medidas, repaso, estudio para que sea interesante la exposición etc…). No imaginan la de horas que trabajan tantos políticos que de verdad amamos la vocación de servicio. La de horas que pateamos la calle, los barrios, a pleno sol o lloviendo para escuchar, y escuchar más y después volver a escuchar. Solo tocando la realidad podemos decidir bien.

Durante el COVID hemos podido estar al menos 12 horas al día, y tirando por lo bajo, hablando con decenas de personas que viven terribles desgracias y buscando soluciones para ellas. Eso no se paga con nada. NO es el dinero lo que compensa eso. Particularmente en servicios sociales hay mucha tragedia y dolor. O tienes vocación o no se resiste. Para mí es un honor y un privilegio que los ciudadanos que quieran tengan mi teléfono y siempre, siempre he respondido porque son ellos y ellas a los que represento y no me olvido de que pagan mi salario. Por cierto, algunos nos lo hemos bajado bastante por tener esta experiencia política así que eso también se debería saber.

Me da mucha pena que no se sepa tanta gente buena y entregada que hay en muchos espacios políticos. . Todos deberíamos pasar por aquí para saber lo que es, como unos meses de servicio y comprender tantas cosas.

Desde luego, cuando aparece una manzana podrida que es una persona vaga o corrupta nos hace un daño horrible y duele demasiado. Ojalá ennoblezcamos esta profesión.

 

«Agradezco mucho a esta revista que me dé la oportunidad de contar todo esto. De verdad que de todo corazón. Gracias.» Maite Pacheco

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