Elecciones autonómicas a la vista: Galicia y País Vasco

Written by Libertad y Justicia

febrero 18, 2020

Si algún ciudadano gallego o vasco se hubiera llegado a plantear como propósito de año nuevo el no tener que volver a acudir a las urnas, sepa que estaba muy equivocado. El pasado lunes 10 de febrero, el actual lehendakari del País Vasco Iñigo Urkullu, anunciaba la convocatoria anticipada de elecciones autonómicas para el próximo […]

Si algún ciudadano gallego o vasco se hubiera llegado a plantear como propósito de año nuevo el no tener que volver a acudir a las urnas, sepa que estaba muy equivocado. El pasado lunes 10 de febrero, el actual lehendakari del País Vasco Iñigo Urkullu, anunciaba
la convocatoria anticipada de elecciones autonómicas para el próximo 5 de abril. Y, tan sólo unas horas más tarde, su homólogo gallego el presidente Alberto Núñez Feijóo, secundaba su propuesta como ya viene siendo tradición.
Estos comicios pueden llegar a plantear un sin fin de cuestiones y escenarios posibles. Por ejemplo:
¿Será capaz el Partido Popular de reeditar su mayoría absoluta en Galicia?
¿Qué consecuencias políticas tendrá el nuevo gobierno de coalición español para los partidos que lo componen?
¿Avanzará aún más el movimiento nacionalista en sendas regiones?
¿Conseguirán ciudadanos y VOX alguna representación?
¿Recobrará fuerza el bipartidismo?
¿Aumentará la polarización ideológica?
Las respuestas a estas y otras muchas cuestiones, sólo podrán hallarse en los resultados electorales, sin embargo, véamos lo que comienzan a vaticinar las encuestas electorales.

 

GALICIA

 

En Galicia todo parecería indicar que se mantendría el actual statu quo, puesto que los sondeos otorgan una holgada victoria al Partido Popular, que revalidaría su mayoría absoluta y que, en principio, no precisaría de ningún apoyo para gobernar. De este modo, se despejaría una de las incógnitas consistentes en el surgimiento de VOX, y la posibilidad de que el gobierno de la Xunta dependiera de este.
En el bloque de la izquierda se podrían observar grandes cambios. El PSOE experimentaría una subida considerable, de 14 a 21 escaños y el BNGa resurgiría doblando sus apoyos con respecto a 2016 (de 6 a 11). Ambos partidos, se nutrirían del que sería el gran derrotado de la jornada electoral, el Grupo Común Da Esquerda (ex En Marea/Podemos) con un gran descenso (de 14 a 2). De esta forma, se podría observar una doble transferencia:
  • Desde el punto de vista ideológico: electorado que se considera de izquierdas pero no nacionalista. GCDE/PODEMOS-PSOE.
  • Desde el punto de vista nacionalista: electorado que se considera de izquierdas y nacionalista. GCDE/PODEMOS-BNGa.

PAÍS VASCO

Al igual que en Galicia, el electorado vasco optaría por el mantenimiento del statu quo al otorgarle una gran victoria al PNV. Los peneuvistas verían su cuota de poder aumentada al pasar de 29 a 32 escaños. En segundo lugar, se daría la paradoja de que el principal rival del PNV, desde punto de vista del eje de la dimensión nacionalista, EH Bildu, subiría
simultáneamente (de 17 a 19).
Además, el PSE, aunque de forma muy leve, lograría consolidar la tercera posición ascendiendo a los 10 escaños.
Por la contra, nos encontramos con dos partidos claramente perdedores, siendo Podemos el más destacado que pasaría de 11 a 7 escaños y el Partido Popular que elección tras elección va perdiendo de forma paulatina apoyo (de 9 a 7).
El caso vasco es un tanto particular, y es que como señalábamos al principio de este apartado, no deja de resultar paradójico que dos fuerzas nacionalistas (rivales entre sí) experimentaran un ascenso simultáneo, pues lo que cabría esperar es que se diera un
intercambio de votos intrabloques, de Bildu al PNV por ejemplo y, que al mismo tiempo, el bloque de los partidos de ámbito nacional vieran disminuido su apoyo a excepción del PSE.
Es evidente por tanto, que se estaría produciendo una transferencia de voto interbloques. A modo de ejemplo, no resultaría tan descabellado sostener la hipótesis de que el electorado del Partido Popular se estuviera transmitiendo al PNV por una sencilla razón,
que este último se hubiera convertido en una opción eficaz para retener al nacionalismo más tajante de EH Bildu. ¿Y por qué no al PSE? Porque de entre toda la oferta de partidos políticos con opción a obtener representación parlamentaria, el PNV sería el único partido que compartiría el espectro del centro derecha político. Algo parecido a lo que le sucedería
a EH Bildu con Podemos.

Por último, sobre el posible escenario de gobernabilidad, ha de señalarse que no cabría esperar otra cosa más que una reedición del pacto entre PNV y PSE, pues ambos han pactado tanto a nivel regional como nacional, en este caso facilitando el gobierno de Pedro Sánchez.

17/02/2020
Iván J. Poyato

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